miércoles, 24 de agosto de 2011

Ayer besé un narciso.


Belleza siempre presurosa
Efímera hasta el dolor de no poderte contener.
Imposibilita transito, aunque  demasiado escueto para ti.
De halagos y narcisos vistes tú
Siempre movimientos de gracia llevan el compás de lo que digas.
sonidos, palabras, imágenes, y hasta sabores te siguen.

baladas desesperadas canta un soñador poeta, sueño en poeta.
Allá en un barrio labrado con manos toscas
siempre creyendo que atribuirte a su amada es la cúspide.

Una copa de fulgor azul y anacromía entre pliegues siempre recordará
y se vaciará y llenará una y otra vez
con el cántaro cada vez más seco
de una mirada cada vez más melancólica y gacha.
Oh, belleza: es tan corta tu estadía y tan largo el suspiro!


Luis Felipe Velásquez Vallejo.