viernes, 22 de abril de 2011

Pérfido del entraño


Suelo escuchar un murmullo ensordecedor
entre las estepas estériles, inhóspitas de mi entraño,
quejidos que exhala un hombre que ya no lo es.
y su puño se cierra trémulo e irascible sobre una pluma que gotea.

Su mohoso vote recorre la laguna de nenúfares desojados por la tempestad del tiempo muerto.
y el pérfido recuerdo de aquellos, sube al alba.
arrebata el aliento en verso.
angustiosas las gotas han de huir de sus cóncavos madrigueras en hilos por sus mejillas.

Acecha el invierno con hojas marchitas,
pendidas por el céfiro taciturno del frágil carácter.
esquivan la neurótica expresión de sus ojos ausentes.
porque en cenizas ha muerto un narciso,
esperando, negando, susurrando en soledad y sollozando

Allí donde mi corazón sobrevivió hasta las ultimas palabras que ella me dedicó.


Luis Felipe Velásquez Vallejo